Mínimas (la depresión echa inversos)

Los libros de autoayuda no son de ayuda.


Si hay que cuestionarlo todo, cuestionemos esto también.


"¡Felicidades!", se gritan los infelices.


Agradece su presencia al maligno,
ya que a su lado pareces benigno.


Que los sueños nos ayuden a despertar.


Esto es, claramente y a todas luces, oscuridad.


Llámame cuando te canses de ti, soy el diablo, verás que siempre estuve ahí.


Algunos aconsejan no dar consejos.


Hacedme caso: ¡no hagáis lo que digo!


El descontrol está bien controlado. Quienes lo controlan está fuera de todo control.


¡Que me perdonen los pecadores!


La palabra "rimbombante" es una palabra rimbombante.



"Es una frase hecha" es una frase hecha.


Cada cosa ha de estar donde le corresponde, y por ello retorna a donde le es correspondido.


Me compadezco del compasivo.


La vida me sonríe, es hora de temer lo peor.


Lo que no desees para los demás, no te lo hagas a ti mismo.


Los santos pueden hacerte daño, los demonios pueden sanar tus heridas.


"Nada es verdad". "Todo es mentira"... Si estas afirmaciones son ciertas, no pueden serlo. Y en la medida en que no pueden serlo, son muy ciertas.


No existe en la vida mayor aspiración que la de vivir.


El sentido mismo de la existencia es su total carencia de sentido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario